La Misericordia de Dios en nuestro diario vivir
La soledad se aloja en millones de corazones y a veces no
somos capaces de darnos cuenta de que las personas más cercanas a nuestras
vidas necesitan amor. Dios es el único que se percata de cada sentimiento que
hay en nuestro interior y así mismo se encarga de poner en nuestro camino a las
personas indicadas que puedan hacernos sentir amados de nuevo, pero todo a su
tiempo. Tenemos a un Dios que todo lo puede, que todo lo ve y que también
escucha nuestras plegarias, lo que tenemos que entender es que así como su
misericordia es infinita también lo es su paciencia. Porque ¡vaya que hay algunos
que somos impacientes¡ Todos queremos
sentirnos amados, absolutamente todos, pero muchas veces nos olvidamos de que
ya lo somos. ¿Qué pasaría si cada ser humano sobre la faz de
la tierra se sintiera verdaderamente amado por Dios? No olvidemos a qué fuimos llamados y que nuestra
existencia es valiosa. Lo bello de todo esto es que por misericordia de
Dios cada día puede ser una aventura, cada día puede convertirse en el día en
que creímos que nada iba suceder pero todo sucedió. Por misericordia de Dios
encontramos el amor una y otra vez y por su misericordia también imploramos ser
amados en el silencio de nuestro interior.